By Silvia Núñez Gutiérrez
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As parents, we often tell our children how to behave, what to value, and how to navigate the world. Yet, one of the most profound truths about parenting is this: children learn far more from what we do than what we say. Montessori philosophy and Positive Discipline both emphasize the importance of modeling behaviors we wish to see in our children, providing them with a solid foundation of trust, respect, and empowerment.
The Power of Example
Dr. Maria Montessori observed that children absorb their environment, internalizing the actions and attitudes of the adults around them. This phenomenon, known as the “absorbent mind,” highlights the critical role parents play in shaping their child’s worldview. Similarly, Positive Discipline underscores the idea that children thrive when they feel connected and respected, learning best through experiential examples set by their caregivers.
Why Actions Speak Louder Than Words
Consistency Builds Trust: When children observe their parents acting in alignment with their words, it builds trust. For instance, a parent who values kindness demonstrates it by speaking gently and offering help to others.
Children Mirror Behavior: From emotional regulation to problem-solving, children mimic the habits and attitudes they see. If parents manage stress calmly, children are more likely to emulate this response.
Empowerment Through Autonomy: Actions that encourage independence, such as involving children in household tasks, teach responsibility and confidence.
Practical Ways to Role Model Positive Behaviors
Model Emotional Regulation
Instead of reacting in frustration, take a deep breath and label your emotions aloud: “I’m feeling upset right now, so I need a moment to think.”
Teach problem-solving by working through challenges collaboratively, showing that setbacks are opportunities for growth.
Show Respect in Communication
Use respectful language when speaking to children, even during discipline. Replace “Why did you do that?” with “What happened? How can we solve this together?”
Apologize when necessary, teaching children that accountability is a strength.
Engage in Practical Life Activities Together
In the Montessori tradition, involve children in everyday tasks like cooking, cleaning, or gardening. Not only does this foster independence, but it also shows them the value of contributing to their community.
Offer choices to empower decision-making: “Would you like to fold towels or set the table?”
Live the Values You Teach
If you want your child to value kindness, volunteer as a family or perform small acts of service together.
Show gratitude by openly expressing it: “Thank you for helping me with the dishes. It made my day easier.”
Create a Positive Environment for Mistakes
Demonstrate how to handle mistakes gracefully: “I forgot to buy milk. Let’s think of another option for breakfast.”
Emphasize learning over perfection, encouraging children to try again when they stumble.
Incorporate Grace and Courtesy
Montessori emphasizes the importance of teaching social graces. Model polite behavior by saying “please” and “thank you,” waiting your turn, and offering help to others.
Be Mindful of Self-Care
Show your children that taking care of yourself is essential. Exercise, rest, and pursue hobbies, teaching them that self-care is not selfish but necessary.
Empowering Through Actions
When parents model positive behaviors, they empower their children to develop resilience, independence, and empathy. Children learn to trust their own abilities because they’ve seen these qualities demonstrated authentically. As Dr. Montessori said, “The child is both a hope and a promise for mankind.” By being intentional with our actions, we not only nurture their growth but also shape a brighter future.
Parenting isn’t about perfection; it’s about presence. What you do today can inspire your child for a lifetime.
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Empoderar a los niños a través del ejemplo de los padres
por Silvia Núñez Gutiérrez
Como padres, a menudo les decimos a nuestros hijos cómo deben comportarse, qué valores deben tener y cómo enfrentar el mundo. Sin embargo, una de las verdades más profundas sobre la crianza es esta: los niños aprenden mucho más de lo que hacemos que de lo que decimos. Tanto la filosofía Montessori como la Disciplina Positiva enfatizan la importancia de modelar los comportamientos que deseamos ver en nuestros hijos, ofreciéndoles una base sólida de confianza, respeto y empoderamiento.
El poder del ejemplo
La Dra. Maria Montessori observó que los niños absorben su entorno, internalizando las acciones y actitudes de los adultos a su alrededor. Este fenómeno, conocido como la “mente absorbente,” resalta el papel fundamental de los padres en la formación de la visión del mundo de sus hijos. De manera similar, la Disciplina Positiva subraya que los niños prosperan cuando se sienten conectados y respetados, aprendiendo mejor a través de los ejemplos experienciales establecidos por sus cuidadores.
Por qué las acciones hablan más fuerte que las palabras
La consistencia construye confianza: Cuando los niños observan que sus padres actúan en coherencia con sus palabras, se genera confianza. Por ejemplo, un padre que valora la amabilidad lo demuestra hablando con gentileza y ofreciendo ayuda a los demás.
Los niños reflejan el comportamiento: Desde la regulación emocional hasta la resolución de problemas, los niños imitan los hábitos y actitudes que ven. Si los padres manejan el estrés con calma, es más probable que los niños emulen esta respuesta.
Empoderar a través de la autonomía: Acciones que fomentan la independencia, como involucrar a los niños en las tareas del hogar, les enseñan responsabilidad y confianza en sí mismos.
Maneras prácticas de modelar comportamientos positivos
Modelar la regulación emocional
En lugar de reaccionar con frustración, respira profundamente y nombra tus emociones en voz alta: “Me siento molesta ahora, necesito un momento para pensar.”
Enseña resolución de problemas trabajando juntos los desafíos y mostrando que los contratiempos son oportunidades de crecimiento.
Mostrar respeto en la comunicación
Usa un lenguaje respetuoso al hablar con los niños, incluso al disciplinarlos. Reemplaza “¿Por qué hiciste eso?” por “¿Qué pasó? ¿Cómo podemos resolverlo juntos?”
Discúlpate cuando sea necesario, mostrando que asumir la responsabilidad es una fortaleza.
Participar en actividades prácticas de la vida diaria
Según la tradición Montessori, involucra a los niños en tareas cotidianas como cocinar, limpiar o jardinería. Esto fomenta la independencia y les muestra el valor de contribuir a su comunidad.
Ofrece opciones para empoderar la toma de decisiones: “¿Te gustaría doblar las toallas o poner la mesa?”
Vivir los valores que enseñas
Si deseas que tu hijo valore la bondad, realiza actos de servicio en familia, como ayudar a un vecino o donar alimentos.
Muestra gratitud expresándola abiertamente: “Gracias por ayudarme a recoger los juguetes. Hiciste mi día más fácil.”
Crear un ambiente positivo para los errores
Demuestra cómo manejar los errores con gracia: “Olvidé comprar leche. Pensemos en otra opción para el desayuno.”
Enfatiza el aprendizaje en lugar de la perfección, animando a los niños a intentarlo de nuevo cuando fallen.
Incorporar gracia y cortesía
Montessori enfatiza la importancia de enseñar habilidades sociales. Modela un comportamiento educado diciendo “por favor” y “gracias,” esperando tu turno y ofreciendo ayuda a los demás.
Ser consciente del cuidado personal
Muestra a tus hijos que cuidarse a uno mismo es esencial. Haz ejercicio, descansa y persigue tus pasiones, enseñándoles que el autocuidado no es egoísta, sino necesario.
Empoderar a través de las acciones
Cuando los padres modelan comportamientos positivos, empoderan a sus hijos para desarrollar resiliencia, independencia y empatía. Los niños aprenden a confiar en sus propias habilidades porque han visto estas cualidades demostradas de manera auténtica. Como dijo la Dra. Montessori: "El niño es tanto una esperanza como una promesa para la humanidad."
La crianza no se trata de perfección, sino de presencia. Lo que haces hoy puede inspirar a tu hijo para toda la vida.
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